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Ensayo “Comunidad, Sociedad frente a la cultura”

  • LINA MARIA OSPINA R.
  • 4 sept 2017
  • 10 Min. de lectura

Psicologa en Formación- Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

Vivimos actualmente en sentido del discurso de comunidad dentro de las formas de la sociedad, en una cultura organizada económica, política y social; las cuales muestran significativas diferencias entre individuos y grupos que componen hoy en día una sociedad moderna, iniciada en el siglo XX bajo la teoría política racional Keynesiana de bienestar común, de sociabilidad, de integración, de solidaridad; pero que hoy en día de aquella integridad social solo vemos altas esferas de oligarquía irracional y desigualdad, apartada casi que totalmente de una definición teórica-práctica de lo que realmente es una “comunidad social solidaria”.

El concepto de comunidad y sociedad está presente en cada campo formado, en cada individuo y vemos como cada vez aparecen otras asociaciones conceptuales y características de los regímenes políticos populistas que desdibujan cada vez más la práctica social-solidaria y la teoría de Aristóteles “el individuo como un sujeto libre y racional”, virtud del ciudadano de “conocer el mundo de los hombres libres”. Las ciencias sociales y humanas se han ocupado de las diferentes nociones, complementos y reflexiones sobre lo que es comunidad y sociedad, el sujeto como ser social y la influencia en la cultura, con el objeto de entender mediante referentes teóricos y su análisis diferencial entre estas nociones y los sujetos implicados asociados a otros conceptos como masa y el desarrollo del individuo, donde el sujeto es visto como el del pueblo no como el ciudadano.

Max Weber establece “las relaciones sociales y la construcción de un todo que caracterizan a ambas nociones” basado en que en el concepto de sociedad, en la actitud de los actores hay una “compensación de intereses por motivos racionales con igual motivación”. En tanto en la comunidad la actitud se apoya “en el sentimiento subjetivo de los integrantes de construir un todo”. Es decir, que la acción del sujeto que la realiza está orientada por la conducta de otros en el desarrollo.

En muchos casos la acción social se trata de una acción condicionada e influenciada en el individuo movido por la masa de algún sector y percibido como acción de muchas personas, identificándose el individuo y sintiéndose parte de una masa, pero en todo caso las relaciones sociales cuentan como formación en la conducta social reciproca unilateral.

Dos pensadores socio-políticos como E. Durkheim y W. Kornhauser se basan en el análisis de la sociedad y comunidad política. Durkheim conceptúa la asociación entre comunidades igual a masa; considera, una solidaridad mecánica entre familias, “se requiere de un líder que dirija la masa. Kornhauser sostiene, cuando un individuo forma parte de un movimiento de masa reemplaza la imagen individualizada de sí mismo por una colectiva, es decir se concentra en un movimiento.

En comunidad la creencia y la semejanza como reconocimiento mutuo dirigidos a un desarrollo racional, para el individuo es vista como las categorías más sobresaliente para hallar sentido a la vida. El sujeto en la sociedad ejerce un sentimiento de individualidad para ejercer su comportamiento social en función de sus propios intereses y del desarrollo racional alcanzado dentro de una sociedad que lo incluya como un sujeto con un rol individualizado como dinámica social, pero que recalca con rigurosidad en un sujeto que no ajusta sus roles experimentando un sentimiento de no ser aceptado socialmente. Benbenaste, N sostiene que el sujeto de la sociedad de mercado tiende a considerar la justificación racional de los hechos como más aceptable que la creencia en designios divinos. Este tipo de sujeto no se siente como arte de un todo; por el contrario sus relaciones son desde posiciones e intereses diferenciados.

El concepto de masa es solidario con el concepto de comunidad de Weber, predominando el sentimiento del individuo como un todo y tiene relación con la teoría de solidaridad mecánica de Durkheim, es decir es una sociedad en donde cada individuo es lo que son los otros “se definen por similitud y sentimientos comunes o colectivos”. En los últimos años los sujetos han asumido un comportamiento de masa populista, no asumen análisis crítico sobre la realidad y necesita de un líder para su subordinación, desconociendo la validez de las mediciones de la representación política institucional y la realidad de la democracia y en ella factores decisivos como la corrupción política.

En una política de comunidad y sociedad populistas, construidas, convocadas e interpeladas deliberadamente convocan a formas de agregación y acción colectivas sobre bases muy diversas con diferentes maneras de vivir, prácticas de trabajo, modos de consumo, orientaciones sexuales, orígenes étnicos, identidades de género, creencias religiosas, inscripción en relatos y tradiciones regionales, nacionales o locales, formas de ocio, lugares de residencia, prácticas “alternativas”, que nos acercan a una noción de comunidad que describe lo que existe, pero también denuncia lo que nos falta e indica aquello de lo que carecemos. Psicológicamente no hay un desarrollo de conciencia individual ni en virtud del ciudadano de acuerdo a la teoría de Aristóteles “sujeto libre racional”.

Desde un marco teórico Benbenaste, N (2001) sostiene que la demagogia es una de las formas del autoritarismo. Se caracteriza por des-responsabilizar a quienes son objeto de discurso a cambio de promesas o prebendas.

Daniel Álvaro (2010), acude a las posturas de Ferdinand Tonnies, uno de los teóricos que plantea que no es posible seguir utilizando los conceptos de comunidad y sociedad sin someter la historia a una profunda reconciliación. Estos conceptos son constatados en la rama de la sociología en el siglo XX. Tonnies habla del concepto de comunidad “como algo antiguo, la vida en común, duradera y autentica, pero ello debe ser atendido a modo de organismo vivo”. Tonnies hizo que este concepto tuviera un significado para él y la gente de su época. Su reflexión sobre sociedad para este concepto “designa la vida en común”, entendida como formación ideal y mecánica vista desde la perspectiva. Afirma que la sociedad no es precisamente natural, por el contrario está siempre en formación y a la vez es ficticia. Estos conceptos coinciden en que ambas nociones expresan relaciones reciprocas que tienden a la unión en comunidad y sociedad.

Bauman, plantea que para nosotros en particular que vivimos en tiempos despiadados, de rivalidad y competencia; evoca todo lo que echamos de menos y lo que nos falta para tener seguridad. Álvaro (2010). Bauman, hace referencia frente al concepto de comunidad, “la predestinación del destino humano ligado a la sociedad pre moderna fue reemplazado por el proyecto de vida, el destino por la vocación y naturaleza humana antes preconcebida en una identidad ahora por construir.

Ahora conjuguemos el sentido de Comunidad, sociedad con la cultura a través de la historia, introduciendo la noción de Volk, “una comunidad de personas cuyo lenguaje y tradiciones históricas moldean los procesos mentales y proporcionan recursos esenciales para su proceso de desarrollo”. (Herder, 1774/1982, citado en Berlín, 1976). Se atribuye a Herder el concepto de relativismo cultural, el creía que la diversidad de Volk es algo valioso, y afirmo que la nociones cambian según el lugar, el tiempo y su carácter interno.

Pero veamos más, como a través de la historia hemos visto que la psicología cultural adopta una relación estrecha entre mente y cultura, la una depende de la otra. La cultura es considerada como característica especifica del ser humano. Históricamente la psicología cultural ha abordado los fenómenos y ha mostrado interés por el análisis de la relación mente-cultura. Las posiciones conceptuales frente a la cultural tienen un punto en común identificando las variables culturales y evolución de los procesos psicológicos y que podrían determinar las diferencias individuales, contribuyendo así datos sobre como moldear el pensamiento y nuestras ideas actuales basados en diferentes líneas de pensamiento que expliquen la naturaleza interna y mental del hombre y sus diferencia en el nivel de progreso de época en época hasta la civilización como un estado de bienestar.

Hablemos sobre una de las líneas de pensamiento de la Psicología Sensista, se caracteriza por ser un modelo basado en la observación, en la naturalidad del pensamiento del hombre para explicar las diferencias humanas como base de su evolución cultural racionalista. Representantes a destacar, E.B. Condillac y J.M. Degérando, estos teóricos realizaron los primeros intentos en la historia cultural en el desarrollo de una ciencia empírica con estudios en la “la sociedad para los observadores del hombre” en la búsqueda de explicaciones del desarrollo humano.

Otra línea de pensamiento es la de los Innatistas que tomaron auge en el siglo XIX, defendiendo la unidad psíquica del hombre, basados en la idea de los teóricos de raza de que “los humanos tienen una multiplicidad de orígenes”, lo que justifica la diferencia entre ellos. Esta defensa biológica no era suficiente para encontrar diferencias humanas, por tal razón los Sensistas se interesaron en la relación entre mente y cultura (Jahoda & Krewer, 1997). Estos autores en conjunto mostraron su interés por demostrar una evolución entre mente y cultura; de esta maneta otros de los teóricos marcados en la historia es T Waitz y M. Cole, defienden la relación dialéctica de interdependencia entre mente y cultura.

Por su parte Cole como uno de los principales abanderados de la Psicología Cultural, establece en su teoría de cultura que esta determina “los modos de pensar y de relacionarse de los demás” e incide en que en la cultura el pensamiento es generador y preservador de esta misma como ideal de progreso.

También, Bastian, en su teoría nos da un concepto clave “ideas elementales o ideas de los pueblos” mostrando los “procesos” de cambio y transformación de acuerdo al contexto físico o temporal, producto de condicionantes ambientales e históricos. (Koepping, 1983). Este concepto clave de “idea de los pueblos” es una noción próxima lo q en la actualidad se conoce como cultura basada en procesos psicológicos y culturales.

En todas estas líneas de pensamiento de psicología cultural sobre la relación entre mente y cultura encontramos una nueva psicología como la culminación de estas teorías; siendo esta la Psicología Transcultural con ideas de ilustración del pensamiento en conjunto con el progreso, generando exigencias metodológicas e importantes avances a nivel de formulación conceptual y se centra “en el estudio de los universales cognitivos y las diferencias en estos, generadas por las condiciones ecológicas, sociales, culturales e históricas de vida”.

En el análisis histórico del lenguaje acotamos a Heder y Vico como otros históricos que resaltan la importancia del lenguaje humano otorgando la función de ser capaz de dar identidad a un grupo, a través de la comunicación entre individuos y la transformación de formas de pensar y de sentir. Sin duda alguna el lenguaje junto con el pensamiento asegura el mantenimiento y la transmisión de una cultura a otra en cada comunidad.

Hoy por hoy es evidente que en la integración y la interacción con el lenguaje se da la acción colectiva y se convierten en nuevas formas de capital social y comunidades donde son otras las preocupaciones políticas y sensibles de las subjetividades sociales. Rodríguez (2008); estas aparecen a través de la historia como avances de movimientos y colectivos sociales sin remitirse a la lucha de clases sociales y a la toma de poder; más bien aparecen otras condiciones y se dan nuevas posibilidades de transformación de capital social y comunidades ligadas a la introducción de tecnologías digitales en las sociedades contemporáneas y del tercer mundo en un campo de estudio como es la Cibercultura que son las nuevas “ tecnologías de información y comunicación”, ocupando un sitio central en las formas de interacción de la humanidad en sus diferentes ámbitos y en los procesos sociales de producción global y local. Lazzarato (2006) señala, “que se ha creado en el orden de lo posible un acontecimiento cultural que no es solución de problemas, más bien apertura de posibles”. Estas posturas nos adentran en otra atmosfera social y cultural donde las tecnologías por si solas no producen transformaciones políticas, son las estructuras, las redes, las prácticas sociales en las que éstas otorgan un significado y configuran innovación social de dominación o cooperación.

Finalmente, deslumbramos que en todos los escenarios sociales, culturales, políticos, económicos, organizacionales, educativos, religiosos, locales, nacionales y globales se da el empoderamiento como variable psicológica como base de la transformación cultural a través del intercambio y el comportamiento social por acciones comunitarias y la toma de decisiones en proceso de control. El escenario comunitario que favorezca el empoderamiento debe contener “creencias de grupo, actividades en comunidad, ambiente que favorezcan las relaciones, oportunidades de roles, liderazgo, aceptación al cambio, escenario comunitario. Para este desarrollo se requiere de la participación del adulto como primera fase de empoderamiento para superar dificultades tanto individuales como en comunidad; en otro dominio de empoderamiento están los jóvenes donde muestren ante circunstancias de adversidad capacidad de desarrollar, realizar y ejecutar acciones; Otra fase de empoderamiento hace referencia a las acciones tomadas por los ciudadanos para mejorar las comunidades empobrecidas; y un último dominio es el empoderamiento histórico de ciudadanos oprimidos que desafían la sociedad, la cultura y las instituciones. Marton (2008).

Es así como individuos o grupos se empoderan apoyándose en comunidad para transformar positivamente su entorno en búsqueda y de acuerdo a sus necesidades y aspiraciones de obtener un bien personal y común sin importar que sean personas, organizaciones, grupos de poder o marginados; son conscientes de la función del poder dentro del contexto cultural de sus vidas, y desarrollan habilidades y capacidades para mejorar el control de los mismos en comunidad y en sí de la sociedad.

REFLEXIÓN

Se le ha atribuido a la ciencia cualidades extremas de racionalidad y empirismo que no siempre se alcanzan en la práctica. Para el positivismo el conocimiento científico es neutral, está libre de valores y se encuentra por encima de influencias ajenas a la objetividad de los hechos, tales como las ideologías, la sociedad, la economía, los grupos de presión social, las tendencias subjetivas individuales, etc.; en suma, no está influido por la cultura de la sociedad donde viven y trabajan los científicos. Hoy en día Esta posición, junto a la propia dificultad de comprender muchos de los conocimientos generados por la ciencia, ha hecho que la opinión pública le haya atribuido cierta deshumanización, pareciendo que está más allá de las capacidades e intereses del ciudadano medio; idea que ha contribuido a aislar la ciencia de la cultura humanística. Sin embargo, en estas últimas épocas como lo ha expresado Vázquez, Acevedo, “los estudios epistemológicos, históricos y de sociología de la ciencia han falsado esta visión positivista”, (Manassero y Acevedo 2001).

Referencia Bibliográfica

Álvaro, D. (2010). Los conceptos de "comunidad" y "sociedad" de Ferdinand Tönnies. Papeles del CEIC. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea Vizcaya, España. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=76512779009

Benbenaste, N., Fernández, O., Estévez, M.y Biglieri, J. (2007). El sujeto de la comunidad y de la sociedad: un tratamiento desde la psicología política. Anuario de Investigaciones. Universidad de Buenos Aires Buenos Aires, Argentina. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=369139943011

González, N. (2007). Bauman, identidad y comunidad. Espiral. Universidad de Guadalajara México. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13804007

Morales, M. y Banda, A. (2015). Empoderamiento psicológico: un modelo sistémico con componentes individuales y comunitarios. Revista de Psicología. Pontificia Universidad Católica del Perú Lima, Perú. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=337838597001

Montealegre, R. (2005). La actividad humana en la psicología histórico-cultural. Avances en Psicología Latinoamericana. Universidad del Rosario Bogotá, Colombia. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=79902304

Ovalle, L. y Vizcarra, F. (2011). Ciberculturas: el estado actual de la investigación y el análisis. Cuadernos de Información, Pontificia Universidad Católica de Chile Santiago, Chile. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=97118906004

Rueda, R. (2008). Cibercultura: metáforas, prácticas sociales y colectivos en red. Nómadas (Col). Universidad Central Bogotá, Colombia. Recuperado de http://revele.com.veywww.redalyc.org/articulo.oa?id=105116292002


 
 
 

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